miércoles, 25 de abril de 2012

ELEGIR UN DESTINO, UNA MARCA PERSONAL.

Antes de partir con el ganado, la familia y la casa a cuestas hay que planificar el viaje. Asegurarse de cuál es el punto de partida y cual es el destino. Para conocer las hipótesis de partida hay que analizarse, escucharse, ver los valores, las preferencias, los deseos, pero en mi caso partimos de un axioma, hay que prepararse para migrar a un sector con mayores perspectivas de futuro inmediato. El pasto y la caza escasean en la construcción.
La Diplomatura de Ingeniería Técnica Industrial aporta unos conocimientos y aptitudes suficientes para dirigirse a muchos destinos. El sueño de cualquier Ingeniero es ser polivalente, saber de mucho todo lo que se pueda, aunque sea poco. Somos nómadas y tenemos buenas alforjas. Pero cada viaje emprendido es una aventura.

De diferentes destinos hay que elegir uno. Durante 10 o 15 días apuntar todas las ofertas laborales relacionadas con la profesión. Dividirlas por conocimientos específicos o especialidades, por ejemplo, sector aeronáutico, inmobiliario, diseño industrial, oficina técnica, seguridad, mantenimiento, producción, dirección, autónomos,… y analizar cuanto tiempo necesitarías para sentirte preparado y competir en cada uno de ellos. En definitiva, para posicionarse en el sector.

La planificación incluye el tiempo que estamos dispuestos a emplear. Los viajes si son largos cansan, más si no dan los frutos deseados. Afrontar la competitividad en un nuevo sector supone aprender conocimientos frente a la experiencia del resto y aportar todas las áreas globales de experiencia adquiridas hasta ahora como valores innovadores.

Recuerdo las primeras clases de matemáticas en mi niñez. En septiembre, con los primeros madrugones, se aprendían las teorías de conjuntos mediante diagramas de Venn. Pues apliquémoslo. En un diagrama A incluimos nuestros valores, conocimientos, aptitudes y deseos. En un diagrama B las subdivisiones resultantes del estudio del mercado laboral y en un tercer diagrama el factor tiempo. Mediante relación de intersección queda elegido el destino. No hemos ido a ciegas con un alfiler y un mapa, es una decisión consciente, coherente y valiente. A por ello.

Elegido el destino, empieza el viaje.

Hay que exprimir, reciclar y renovar la experiencia hasta ahora adquirida. Analizar la carrera profesional y valorarla con el prisma del sector al que te diriges. Mantener los contactos profesionales porque siempre se encuentra una conexión, solicitar recomendaciones.

Adquirir los conocimientos específicos que, complementen las líneas generales de la profesión. Conociendo los puntos débiles, eliminarlos en la medida de lo posible. Eliminarlos no es olvidarse de ellos, es poner medios para combatirlos. Tantear el mercado de cursos públicos o subvencionados y también la enseñanza privada. Pedir referencias y asegurarse de la posición en el mercado de los docentes.

Retomar el inglés de manera intensiva.

Relacionarse, adquirir nuevos contactos profesionales.

Y planificarse. Nos vamos a tomar un tiempo de trabajo duro, que se debe amortizar con el objetivo cumplido. Mantener unos horarios férreos, marcar un calendario con los diferentes hitos principales para controlar la evolución y ser constante y capaz de compaginarlo con el ocio, la familia y las amistades.

El dueño de nuestro tiempo somos nosotros mismos.

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